Por José Luis Barbero
La “retirada obligada” de Jon Rahm en la tercera jornada del PGA Memorial que ha finalizado hoy domingo en Muirfield Village, Dublin, Ohio, me hace tener una serie de dudas como por ejemplo:
- Se supone que el protocolo de la PGA obliga a todos los participantes a pasar el control del Covid- 19 antes de comenzar en cualquier evento, incluidos caddys, y colaboradores
- La prueba, tiene una vigencia de tres días. Entonces…. Si el mencionado test con su correspondiente resultado, que en ese caso fue negativo (de otra forma, no hubiera podido comenzar el torneo)
- Por tanto, tendría que haber realizado un segundo test, y así, poder jugar la última y definitiva jornada.
- ¿Por qué no lo hizo?
- No tiene sentido, que tras pasar las mencionadas pruebas, jugando sin problemas físicos aparentes, incluyendo un espectacular hoyo en uno, con una diferencia de 6 golpes sobre sus mas inmediatos seguidores y a falta de la última jornada, se presente el responsable médico de la PGA Tour, con un miembro de la organización, para comunicarle la sorprendente noticia… ¡ Justamente en el green del 18. Qué casualidad!
- Parece ser, que la organización ya conocía de antemano el resultado, pero prefirieron esperar al final de la jornada (sic).
- No me encaja tampoco que le obliguen a confinarse en cuarentena hasta el día 15 de junio para hacerse el siguiente test. Si es negativo, autorizarle a participar en el US Open que comienza dos días después. No es factible esta posibilidad, pues la lista de inscritos, salvo bajas muy justificadas, ya se conocen, así como las partidas que ya están confeccionadas de antemano.
- En cualquier caso, todas estas sospechas están basadas en la información que he dispuesto al día de hoy. De todas formas, así, a simple vista… ¡algo me huele mal!