Phil Mickelson es el eterno optimista que juega al golf con una sonrisa casi permanente y no puede evitar ir a por todas en cualquier situación.
Teniendo en cuenta que ganó su primera jarra de clarete el año pasado tras 20 intentos y que la semana anterior se había adjudicado el Open de Escocia, su primer título en tierras británicas, está claro que el campeón norteamericano es muy capaz de volver a salirse con la suya.
«Tengo que reconocer que no llevo un buen año», declaró después de devolver la jarra a los directivos del R&A para salir a defenderla en Hoylake. «Normalmente estaría frustrado o desanimado pero no lo estoy, porque veo que estoy mejorando algunas cosas.
«Todavía no han llegado los resultados, el conjunto no es bueno, pero las partes empieza a funcionar y creo que pronto conseguiré juntarlo todo. No sé cuándo será y no voy a intentar forzarlo ni a ponerme presión, seguiré trabajando con paciencia.
«Estoy driveando mejor y con más confianza que nunca, no sé si lo dicen las estadísticas pero yo lo siento así.
«En cambio llevo un mal año de pat y por eso no hago resultados, pero estoy trabajando con Dave Stockton y empiezo a encontrarme mucho más cómodo.
«Ya veremos… en golf nunca se sabe, por eso nos gusta tanto.»
Hace 12 meses en Muirfield, Mickelson se convirtió en el tercer ganador consecutivo del Abierto Británico mayor de 40 años siguiendo los pasos de Darren Clarke (2011) y Ernie Els (2012).
El mes pasado cumplió los 44 al día siguiente de terminar el Open USA, en el que ha quedado seis veces segundo. Es el grande que le falta para conseguir El Gran Slam. Poner su nombre junto al de Gene Sarazen, Ben Hogan, Gary Player, Jack Nicklaus y Tiger Woods, titulares de los cuatro grandes, se ha convertido en su gran ilusión y su principal prioridad.
Pero también reconoce que cuando necesita subirse la moral pone la película de su vuelta final en Muirfield el año pasado: «Los recuerdos y las emociones del año pasado me acompañarán toda la vida y estoy deseando repetir.
«Cuando recuerdo mi vida y pienso en el domingo de Muirfield vuelvo a revivir las mismas emociones. Creo que los próximos cinco años van a estar entre los mejores de mi carrera y quisiera darme más oportunidades de crear grandes recuerdos. Eso me motiva a trabajar más aún porque sé que tengo el tiempo contado.»
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