Por Cristina Benito
Los campos de golf son un espacio donde conviven los seres humanos con la fauna y la flora en un área de sostenibilidad y respeto por el medio ambiente. Un lugar que sirve más allá de hacer deporte y sociabilizarse y que demuestra que están muy lejos de la mala fama de derrochadores de agua que les precede
El golf es un deporte de precisión, cuyo objetivo es introducir una bola en los hoyos que están distribuidos en el campo con el menor número de golpes. Parece sencillo pero este deporte va mucho más allá de un simple ejercicio de técnica y concentración. Los campos de golf tienen una función ecológica importante donde se respeta a los animales autóctonos, el agua se recicla y la vegetación que los rodea sirve para filtrar la contaminación. Todo un ejemplo de sostenibilidad.
Los campos de golf un filtro natural
En los cascos urbanos este deporte tiene su función, “su césped es capaz de tolerar niveles altísimos de elementos tóxicos y depurarlos en su base exfoliadora para que no pasen a aguas profundas. Un claro ejemplo son los campos de alrededor de Madrid como El Centro Nacional de Golf, El Real Club de golf de Puerta de Hierro, El Olivar de la Hinojosa o el Club de Campo de Madrid” explica Pablo Muñoz creador de Surtec (Sistemas de riego en campo de golf).
Las características de los campos de golf dan oportunidad a la creación de numerosos ecotonos, lagunas utilizadas como reservas de agua, canales de drenaje, zonas de rough (arbustos), setos, praderas o trampas de arena (bunkers) que se convierten en una incidencia positiva en el aumento de la biodiversidad.
Cada etapa de un proyecto de campo de golf es distinta y presenta sus propias necesidades de control ambiental. En las fases iniciales de un proyecto debe valorarse la necesidad cumplir con ciertos requisitos administrativos (evaluación de impacto ambiental, declaración de impacto ambiental, plan de vigilancia ambiental de obra).
Una vez en la etapa de explotación, la gestión ambiental de los campos de golf debería ser entendida como un conjunto de buenas prácticas y como una parte importante de la gestión diaria llevada a cabo en las instalaciones, una serie de acciones orientadas a alcanzar objetivos, según explica la empresa Golf Industria dedicada a conseguir que este deporte se preocupe por cuidar el planeta.
Golf sostenible en todas sus facetas
En golf el concepto de sostenibilidad engloba varias áreas, económica, social y sobre todo medioambiental. En este último tiene que cumplir una serie de requisitos para cuidar el medio ambiente. Se trata de respetar a la fauna, un hábitat para especies de animales.
Estos campos llenos de vegetación también son un importante lugar para animales de especies protegidas o que están desapareciendo. Científicamente se ha comprobado que estos elementos aumentan el número de aves acuáticas, anfibios o reptiles. Una ejemplo de ello fue la experiencia que vivió Pablo Muñoz, “en el Ryder Cup 2018 celebrada en París, identificamos que era hábitat para un martín pescador , una especie en peligro de extinción”cuenta.
Para los jugadores también hay una diferencia destacable cuando juegan en un campo sostenible y cuando no. “El golfista que va a un campo de golf sostenible se tiene que mentalizar de que va a jugar al golf en perfectas condiciones” dice Muñoz.
Lo que tiene que encontrarse el golfista es un campo apto para el juego, lo que significa que tenga unos greenes firmes donde se mueva bien la bola, que la velocidad sea la adecuada, unas calles sólidas donde la bola avance y ruede, unos tics bien nivelados donde se pueda salir con un buen stand, unos bunkers bien rastrillados y una posición de bandera cuidada. Lo básico para que el juego se desarrolle.
Vegetación autoctona, arma para la sostenibilidad
Hoy en día la tendencia es a tener vegetación autóctona o vegetación nativa en las zonas que están fuera de la caída de bola (fuera de la zona de juego) para que el mantenimiento sea más bajo y se consiga esa sostenibilidad, para que esas áreas no haya que segarlas, regarlas, abonarlas, tratarlas. Es decir, «se trata de reducir las superficies de juego al mínimo requerido y aumentar la superficie de vegetación autóctona y nativa».
«El campo tiene que convivir con el entorno, ser consciente del uso del agua y de las emisiones que se producen. Un campo de golf tiene que funcionar medioambientalmente. Para ser sostenible hay que ser respetuoso» explica Pablo Muñoz.
Sin embargo, un no es gratuito, necesita una primera inversión muy alta y además requiere que sea permanente tanto a nivel de infraestructuras, de cobertura de hierba o de instalaciones.
La principal ventaja de la sostenibilidad es que perdura en el tiempo, que el negocio siga estando ahí. “Tener un campo de golf sostenible significa futuro, garantía, estabilidad y la única forma de gestionarlo para que siga funcionando dentro de cuarenta años” cuenta Muñoz.
Un deporte con buen ‘handicap’ en agua
“En los campos no se tala arboles ni se derrocha agua, todo lo contrario”. La mala fama que le precede al golf es popular pero los expertos advierten que es totalmente falsa. Por ello exponen estos datos: el consumo de los campos de golf en España es de unos 100 Hm3, lo que representa el 0,5% del consumo agrícola y un 1% de las pérdidas producidas en el regadío de toda España, sin contar otras pérdidas en el consumo de agua para usos industriales, energéticos y urbanos.
Agua reciclada en más del 50% de los campos de golf españoles
Si tenemos en cuenta que alrededor de un 50% de los campos de golf de España utilizan agua reciclada o procedente de plantas desaladoras, la imagen de este deporte se vuelve positiva.
Es importante saber que muchos campos de golf recogen aguas de lluvia, de arroyos temporales que reutilizan como mantenimiento de los espacios de agua existentes en los campos y sirven como abastecimiento de riego. Una medida que se está imponiendo cada vez más en los campos de golf como optimización económica y medioambiental.
Utilizan sistemas de riego informatizados usando tensiómetros que miden la evapotranspiración (ETP) de la vegetación para regar solo cuando es imprescindible, lo que supone un ahorro de un 40% si se compara con lo gastado en los últimos 15 años.
Otro uso que tiene el agua de los campos de golf, son sus lagos que sirven en muchas ocasiones para, por ejemplo, apagar incendios “todos hemos visto fotos de helicópteros cogiendo agua y eso litros pertenecen a los lagos de los campos de golf para apagar incendios forestales en verano” cuenta Pablo Muñoz, creador de Surtec.
Cuando se habla de sostenibilidad se habla de futuro, pensar a largo plazo, un concepto que tienen que valorar los propietarios de los campos de golf. Económicamente puede significar un gran desembolso, pero “un campo de golf sostenible nunca va a ser más costoso que uno que no lo es porque este último lo va a tener que cerrar antes o después y no hay nada más costoso que eso” concluye Pablo.