PSICOLOGÍA DEL GOLF, COMO CONVERTIR UN GOLPE MALO EN BUENO

La psicología del golf es tan importante como la preparación física.

Como golfistas, nuestro instinto es inspirarnos en la cima de este deporte. A través de los campeones buscamos claves que nos orienten sobre cómo jugar y competir. Sin embargo, muchas veces las mejores lecciones de golf nos las dan los veteranos. Como es el caso que hoy nos ocupa.

Jugando contra un amigo y su padre de 70 años veíamos como el señor tenía un buen estilo. Tanto que incluso usaba una versión de bloqueo de brazos. Cuando comenzamos a jugar pensamos que la edad del padre sería una ventaja para nosotros. Pero en el hoyo 16 íbamos casi empatados. En el 17 logramos un birdie y teníamos ventaja en el hoyo final.

No ceder ante la adversidad.

Después de que mi compañero y yo consiguiéramos coger calle con nuestros drives en el hoyo 18, nuestro veterano le pegó demasiado y se fue hacia la derecha. La bola parecía que hubiera salido de los límites. Así que procedimos a buscarla. Cuando la encontramos semienterrada en el rough, le comentamos que la bola estaba incrustada y que podía aliviarla. Pero él quería jugar la bola. Sacó un palo y dijo: «Hoy he pegado bastante bien todo el día la bola». Y añadio con un gesto. «No hay necesidad.»

Se colocó en una postura baja y amplia, y pegó metiendo la cabeza del palo en el suelo. El golpe no sólo sacó la bola del rough, sino que la colocó en el green. Por supuesto, consiguió par, mientras que mi socio y yo, ambos nos quedamos lejos y nuestra ventaja se deshizo. Ese golpe y sobre todo la mentalidad del jugador experimentado me hicieron reflexionar.

Me di cuenta de que existía una gran diferencia conmigo. Yo hubiera aceptado el alivio. Pero él rechazó el alivio. Reconoció el problema, lo valoró y lo afrontó.

No es mala suerte, son cosas del golf

Para él, la caida en el rough era parte del juego, no mala suerte. Es una mentalidad de la que carecemos la mayoría de nosotros. Una costumbre común posterior a la ronda para los golfistas es discutir lo que hubiera sucedido si no fuera por ese golpe que nos dio mala suerte. Su análisis fue pensar que había un obstáculo, pero que durante todo el día había jugado bien. Por lo que era probable que aunando su experiencia y su juego podía arriesgar y llegar al green.

Aquí es donde entra en juego la psicología del golf. Cada vez que salimos de un nuevo hoyo, pueden suceder cientos de cosas mal. Si algo sale mal, la tragedía se nos viene encima.

Cambiar esa mentalidad por todo lo que ha salido bien ayuda a enfocarnos en lo positivo. Este enfoque de estar agradecidos por lo que ha salido bien es algo muy importante. Por una parte, produces serotonina y dopamina. Por lo que estas sustancias nos ayudan a estar más felices y contentos.

Por otra parte, al estar más feliz el análisis de los golpes malos cambia de perspectiva. Tenemos una visión más amplia que nos permite concentrarnos en la mejor solución para ese error. Es decir, los jugadores felices y agradecidos suelen ser mejores jugadores con handicaps más bajos. Una mentalidad negativa es más difícil que conduzca a resultados positivos. Buscar nuestra fuerza interna nos ayuda a ver las oportunidades y no sólo los peligros.

No hay garantías

En el golf no hay garantías. Esto significa que a pesar de ser positivos y ver la oportunidades que nuestro golpe no alcance el objetivo. Puede ser el viento, puede ser un error de calculo o una mala postura.

Para jugar al golf hay que entender que ganar es 90% habilidad y mentalidad, pero hay un 10% de suerte. Tenemos que conocernos a nosotros mismos, nuestro juego, y también ser conscientes de que no hay garantías.

Estamos jugando bien y cometemos un error. Debemos analizar si nos conviene arriesgar como hizo nuestro veterano. Por el contrario si tenemos un día pésimo, el alivio es nuestra salida más lógica.

Uno de lo mejores ejemplos de esta actitud aplicada al golf es Tom Watson. Cuando Watson caía en un problema nunca buscaba alivio. Siempre intentaba la mejor salida por complicada que fuera. Y seguro que eso tuvo algo que ver con los 8 Majors que ganó en su carrera.

La psicología del golf es tan importante que casi todos los golfistas profesionales cuentan con la ayuda de un sicólogo cuando están en una mala racha.