La Navidad se celebra en muchos países alrededor del mundo. Aunque cada lugar tiene sus propias costumbres y tradiciones, suele haber elementos en común, como son las luces, los adornos navideños, los árboles decorados, regalos, música y villancicos. Pero, si hay algo que hace especial a esta festividad, son las reuniones familiares alrededor de la mesa.
Desde el punto de vista gastronómico la Navidad, especialmente la Nochebuena, se celebra en muchos países con platos tradicionales, un gran recetario que debemos a nuestras madres, abuelas y bisabuelas.
La diversidad geográfica y climática del continente americano influye mucho en el tipo de comida que se prepara para celebrar estas fiestas. Mientras que en países como España o México, donde es invierno, apetece tomar comidas más consistentes, en países como Argentina o Brasil, que están iniciando el verano, es posible incorporar, también, platos fríos.
Armonías con los aperitivos
Muchas comidas navideñas comienzan con unos aperitivos para abrir boca. Aquí son ideales las cervezas suaves y ligeras aunque, para ciertas recetas, como la tortilla de patata o el jamón, un vino fino de Jerez o una manzanilla también puede ser una elección acertada.
Los cócteles típicos de Iberoamérica —desde el mojito o el daiquirí hasta la caipirinha, la margarita o el pisco sour—, son bebidas que van muy bien con aperitivos sencillos como las aceitunas, almendras o anchoas. Incluso, las aguas frescas, típicas de México y Centroamérica.
Carnes y platos elaborados
En algunos lugares como España, México o Perú, es tradicional festejar la Nochebuena con un ave. Cuando yo era pequeño, con el pavo, ahora se comen más pulardas, capones o pollos. Sea cual sea la preparación, este tipo de platos merece un buen vino tinto o una cerveza intensa y amarga.
En otros lugares, las aves se sustituyen por el cordero (como el cordero al palo chileno), el cochinillo o el lechón, típico en Colombia. Y la armonía es la misma: un vino tinto, el que uno pueda permitirse buscando una cierta calidad, o una cerveza intensa, quizá más madura.
Los platos elaborados, como la hallaca venezolana o los tamales, propios de varias regiones como México, Costa Rica, Honduras o El Salvador, dependerán del relleno y de los ingredientes predominantes. En general, pueden ir bien con cervezas suaves, si el relleno es ligero o de verduras, y más intensas, incluso oscuras, para los de carne o picantes.
Sopas y pescados
También hay platos navideños cuyo protagonista es el pescado, variando mucho en cada país. En España, el más típico es el besugo, que requiere un vino blanco con cuerpo, con intensidad, o incluso un tinto ligero, lo que también armoniza con otros pescados como el salmón o el atún.
El bacalao en distintas preparaciones es tradicional en varios países, como los bolinhos de bacalao de Brasil, el “bacalhau com todos” portugués o el bacalao a la vizcaína de México. En general, puede combinar bien con un vino blanco o con una cerveza intensa y ligera.
En algunos países como Chile, Ecuador, España y Portugal, los mariscos son una parte fundamental de las comidas y cenas navideñas. En este caso, va bien un vino blanco ligero, fresco y afrutado y, si es posible, un champán o un cava. En muchos países de Iberoamérica, ya hay vinos espumosos de calidad.
También es habitual tomar sopas, en España y otras regiones como Ecuador o Colombia (con su ajiaco). En el caso de Madrid de lombarda, aunque puede utilizarse cualquier otro tipo de vegetal. Esas sopas, según estén preparadas, pueden no requerir ningún vino o ir bien con el del aperitivo o el que se elija para el pescado.
Porque, aunque hay restaurantes que ofrecen menús de diez o quince platos, cada uno combinado con una bebida diferente, para mí la armonía ideal basta hacerla con tres: un espumoso, un vino blanco y un tinto.
Postres y dulces navideños
Y, si hay algo típico en Navidad, son los postres y los dulces. Entre los más populares en España, se encuentran el turrón, el mazapán o el roscón. En Colombia, las natillas y los buñuelos; el panettone en Argentina y en Perú; o el pan dulce en Paraguay.
Aquí pueden ir bien varios tipos de vino, como los de Jerez y los de Oporto, e incluso de cócteles. El café suele ser una buena elección y los licores, ya sean de hierbas o de crema.
Y, por supuesto, también pueden combinarse con las bebidas dulces típicas de estas fiestas, como el ponche panameño, la cola de mono de Chile o el chocolate caliente en España.
Y para los que prefieren brindar al final, es habitual el champán o el cava. Cuando yo era más joven, lo que más nos gustaba a mí y a mis hermanos era la sidra.
Fuente: Revista Excelencias Gourmet