Jordan Spieth ha añadido el Open USA a la chaqueta verde en una apasionante jornada final en Chambers Bay. A los 21 años ha ganado su segundo grande consecutivo y tiene ya la primera mitad de un gran slam sin precedentes en una misma temporada.
Se convierte en el campeón del Abierto de EE. UU. más joven desde Bobby Jones en 1923, el ganador más joven de dos grandes consecutivos desde Gene Sarazen en 1922 y el jugador más joven de la historia con el Masters de Augusta y el Open USA en su palmarés.
Pero no ha sido ni mucho menos coser y cantar. Empezó la última vuelta con tres pats en el 1. Siguió jugando sólidamente y se recuperó con birdies en el 8, 12 y 16, donde su compañero de partido Branden Grace mandó el drive fuera de límites y perdió sus opciones.
Spieth llegó al 17 con tres golpes de ventaja pero una salida muy desviada y tres pats desde 12 metros le costaron un doble bogey.
En el partido de detrás, Dustin Johnson, que había llegado a ir dos por delante en los 9 primeros, hizo birdie en el 17 y se puso empatado en cabeza.
Spieth se recuperó de su tropiezo con un segundo golpe espectacular al green del 18 (par 5 el domingo) y dos pats para birdie. Puso el listón en -5.
Johnson respondió al reto con dos tiros aún más espectaculares, pero tres pats desde 3,5 metros le costaron la oportunidad de seguir luchando por su primer grande.
En cuanto al gran slam, Spieth prefiere planteárselo por pasos: «Para ganar los cuatro hay que ganar los dos primeros. Ahora el único objetivo es la jarra de clarete, y creo que tendré mi oportunidad si me preparo bien.
Así cuenta su recuperación después del doble bogey del 17: «Me alegré de que el 18 fuera par 5 [en clara referencia a su comentario del viernes diciendo que como par 4 era un hoyo estúpido].
«Puse el drive en el sitio perfecto y Michael [Greller, su caddie] me dijo: “este golpe ya lo has pegado antes”. La bola botó justo como quería, pero el pat no entró y pensé que no sería suficiente».
Greller es de la región de Seattle, y tan local que incluso se casó en Chambers Bay hace dos años. Spieth destacó su papel fundamental en la victoria:
«Ha sido un trabajo de equipo fantástico. Yo no estaba en mi mejor forma y lo hemos logrado a pesar de todo. Michael se conoce el campo como nadie y sabía exactamente dónde tenía que poner cada bola, por eso he ganado sin pegarle demasiado bien».
En cambio Johnson sigue en busca de su primer grande después de dar un auténtico recital de tee a green esta semana.
«Estoy decepcionado porque he jugado verdaderamente bien pero hoy no he podido meter un pat. Me he dejado todas las oportunidades del mundo y no he podido aprovecharlas.
«Me siento orgulloso de lo bien que le he pegado y de haber peleado hasta el final. Con haber metido algún pat hubiera podido ganar cómodamente, pero así es este juego: lo he intentado con todas mis fuerzas y no han entrado».
Louis Oosthuizen termina segundo empatado con Johnson en -4.
Después de empezar con tres bogeys en los cuatro primeros, se recuperó con seis birdies en los siete últimos para una vuelta final de 67(-3). Su parcial de 29 por los 9 segundos iguala los 9 hoyos más bajos de la historia del torneo.
De no ser por su desastroso 77 del jueves, el sudafricano no habría tenido rival en Chambers Bay. Sus vueltas de 66, 66 y 67 le pusieron al borde de la victoria. No pudo ser, pero sus impresiones son positivas:
«Cuando te encuentras en situación de ganar un grande se te olvida todo. La última vez que lo sentí fue en Augusta en 2012. No eran nervios, iba muy relajado, solo deseando llegar al hoyo siguiente para hacer otro birdie.
«He jugado sensacional los tres últimos días. Hoy podría haber dejado escapar la vuelta, pero luché por aguantar y al final salió bien».
Grace queda cuarto empatado en -3 con los australianos Cameron Smith y Adam Scott, autor de un impecable 64(-6), la mejor vuelta del torneo.
Es el mejor resultado de Grace en un grande, pero le deja una sensación agridulce:
«Ha sido una gran semana, por lo bien que le he pegado a la bola bajo presión. No había sentido nunca tanta presión en mi carrera y creo que la he superado bien.
«Ha sido una pena fallar al final. De no ganar hubiera querido quedar segundo, pero un solo golpe malo me ha costado caro. Así es el golf, y espero que esta experiencia me sirva para la próxima vez».
Sergio García entrega un buen 68 final para terminar en el puesto 18.
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