Reinventar tus recetas es importante para evitar el gasto en alimentos.
En la actualidad el desperdicio de alimentos es una problemática que debemos enfrentar. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) cada año, cerca de un tercio de los alimentos que producimos en el mundo se pierde o se desperdicia.
En los países en vías de desarrollo, un cuarenta por ciento de las pérdidas ocurre en las etapas de poscosecha y procesamiento. Y a esto se le denomina pérdidas de alimentos. En los países industrializados, el mismo porcentaje (40 %) de las pérdidas se produce a nivel del comercio minorista y del consumidor, al tirar alimentos que no son vendidos o que no son consumidos en el hogar, restaurantes o cafeterías. En este caso, se le llama desperdicio de comida.
Una buena forma de poner en valor los alimentos y evitar que acaben en la basura es haciendo uso de nuestra creatividad para crear nuevas recetas. De hecho, las recetas «de toda la vida» pueden tener una segunda interpretación añadiendo nuevos ingredientes o aplicando nuevas formas de elaboración. Por ejemplo, las lentejas se pueden transformar en una crema, la coliflor en una deliciosa tortilla, los garbanzos cocidos en humus como aperitivo y el pescado sobrante en unas croquetas.
Claves para reimaginar tus recetas
Frutas y hortalizas
Es el grupo de alimentos más perecederos pero, a su vez, son de lo más versátil. De hecho, según los expertos en nutrición, los vegetales son el acompañamiento perfecto para cada comida.
Lo ideal es consumir la fruta y verdura al momento, pues no cuentan con una vida útil muy extensa. Sin embargo, si al segundo o tercer aun no los has consumido existen diferentes opciones para reaprovecharlas. P
or ejemplo, con los tomates maduros puedes preparar salsa de tomate natural o gazpacho (también le puedes incluir frutas como fresa o sandía).
Con los vegetales que llevan más tiempo en la despensa puedes preparar verduras salteadas y congelarlas en raciones o elaborar una deliciosa y nutritiva crema de verduras. También puedes aprovechar para aprender a preparar conservas caseras y alargar, así, la vida útil de estos alimentos.
Legumbres
Las legumbres son uno de los alimentos que mejor se pueden aprovechar. Reinventar recetas con ellas es fácil. Cualquier legumbre cocida puede servir para preparar una ensalada fresca y consistente como plato único.
Pero también podemos usar las lentejas para elaborar una crema suave y deliciosa con patata u otros ingredientes que puedan combinar. Por otro lado, con los garbanzos cocidos sobrantes podemos preparar un humus, buñuelos de garbanzos, sopa fría de garbanzos con judías o incluso saltearlos con carne o verdura.
Carne
La carne de vaca, pollo, cerdo o pavo presentan un sinfín de posibilidades de aprovechamiento para reinventar recetas o incluirlas en otros platos como ingrediente secundario. Aquí entran las empanadas, las croquetas de cocido, los canelones, las pizzas o ensaladas como la César, en la que podemos usar restos de pollo asado o a la plancha. Además, los restos de carne son el ingrediente perfecto para preparar un delicioso caldo a grandes cantidades y congelarlo para siguientes ocasiones.
Pescado
Cuando te sobre pescado cocido, a la plancha o asado al horno, puedes aprovechar para preparar buñuelos, croquetas o hamburguesas, como la hamburguesa de sardinas.Una de las recetas clásicas de aprovechamiento es preparar pastel de pescado, un quiche. O añadir el pescado sobrante en una ensalada templada con vegetales e incluso legumbres.
Fuente: AECOC