Comer setas y otoño van codo a codo. Las setas comestibles se han convertido en una de las mayores delicias de la gastronomía española. España es además uno de esos países en el que el consumo de setas está muy extendido. Y cada comunidad autónoma cuenta con sus propias setas autóctonas. Por lo que en consecuencia, con una gran variedad de platos inspirados en estos manjares de la tierra.
Comer setas (Planeta Gastro 2020) es libro en el que Llorenç Petràs, recoge un vasto conocimiento sobre el mundo de las setas y los hongos comestibles.
Su autor, hace casi medio siglo decidió abrir una puesto de setas en el Mercado de la Boquería de Barcelona, Bolets Petràs, que con el tiempo se convirtió en una institución para los más sibaritas, con cocineros, aficionados y otros gourmets de todo el país confiando en su criterio a la hora de escoger las mejores setas para sus cocinas. Así en este texto Petràs, una auténtica enciclopedia de las setas, un conocedor en profundidad de un producto que le entusiasma, que domina como nadie, nos traslada todo su experiencia.
Historia de la setas y recetario de lujo
En este sentido el texto, además de recordar la historia de este singular personaje y de describir las principales setas comestibles que existen, anécdotas, curiosidades y secretos, se cuela también en las cocinas de algunos restaurantes emblemáticos y ofrece un amplio recetario de lujo para sacar el máximo partido a los fogones.
Comer setas es en definitiva, un ameno recorrido por todo lo que hay que saber sobre setas y hongos, ese alimento fácil, nutritivo y versátil que brinda el bosque, que ha alimentado a millones de familias a lo largo de los siglos y puede cocinarse de las más diversas maneras.
En el prólogo José Andrés, el cocinero español afincado hace años en Estados Unidos comenta: «Todavía es imposible alcanzarle, descubrir cómo lo hace, dónde fue capaz de hacernos soñar con ese nuevo secreto que ha puesto en el bosque. Lleva años, medio siglo, obligándonos a salir de casa con la cesta y la ilusión a cuestas. Lo descubrí y los disfruté con mi padre. Era y es un ser diferente. Miraba su barba y creía descubrir algún secreto. La parada 866 terminó convertida en el bosque más grande de Europa. La Boqueria es mucho más gracias a sus pócimas y encantos. Ha terminado convertida, además, en ese rincón secreto del mejor boletaire».
Fuente: Planeta Gastro