La cerveza es una de las bebidas más gustadas en todo el mundo con millones de fanáticos que la prefieren en cualquiera de sus distintas variantes. España es, de hecho, el segundo país más bebedor con un promedio de 417 botellines por habitante al año, según el estudio World Beer Index 2021.
Se conoce que desde hace más de 6.300 años ya se elaboraban las primeras birras del continente, precisamente en España, aunque según aseguran los expertos, no tenían ni el aspecto ni el sabor de las que se consumen a día de hoy, pero sí compartían una característica: la fermentación.
La primera cerveza elaborada en Europa se descubrió en 1999, concretamente en la Cova de Can Sadurní del municipio de Begues, a unos 30km de Barcelona. Allí se encontraron restos de esta bebida en las excavaciones que había iniciado conjuntamente el Colectivo para la Investigación de la Prehistoria y la Arqueología del Garraf-Ordal (CIPAG) y el Seminario de Estudios y Búsquedas Prehistóricas (SERP) de la Universitat de Barcelona.
Según Josep M. Fullola, Catedrático de Prehistoria en la UB y director del SERP, anteriormente se hallaron restos en otros países como Israel (13.000 años) o China (9.000 años), pero en Europa no hay noticia de nada más antiguo, aunque siempre las fechas puedan ser superadas en antigüedad por hallazgos posteriores, indicó. En la Cova de Can Sadurní se descubrió también que estos restos de oxalatos y fitolitos de cebada eran utilizados en ritos funerarios y festivos.
Probar la cerveza más antigua de Europa
En el año 2014 dichas muestras neolíticas de fermentación de cerveza pasarían a convertirse en la base de la receta de la Encantada, una cerveza de Begues inspirada en el hallazgo.
¿Qué la diferencia de las cervezas actuales? No utiliza lúpulo, ingrediente que habitualmente se añade a las cervezas modernas; sino que se hace con malta de cebada, artemisa, hierba luisa, moras y miel, alimentos que se podían encontrar en la zona cercana a la cueva, por lo que eran básicos para la elaboración de bebidas en esa época.
Además, otorgan a la bebida un color más rojizo y un sabor más amargo, parecido a la cerveza belga.
Se dio forma a una bebida más actual y apetecible que mantuviera la esencia original. «Buscamos de alguna manera hacer una bebida más atractiva y bebible, ya que los restos encontrados parecían más de una sopa que una cerveza», afirma Daniel Fermun.
El objetivo principal de querer relanzar esta bebida neolítica era dar a conocer el hallazgo, ya que parte de los ingresos que genera su comercialización van directos a la financiación de las excavaciones de la cueva.
«Se suele creer que la cerveza viene de países nórdicos, como Alemania o República Checa, pero aquí en España también tenemos historia».
El proceso de creación no fue tan sencillo. Hubo una primera «versión» de la Encantada llamada Ardenya que salió a la luz en 2008 y que incluía en su receta el romero, una planta que aportaba un sabor muy distintivo al alcohol.
La receta evolucionó y, en vez romero, se añadió un toque a tomillo que actúa como conservante.
La Encantada se produce en el Instituto de Cerveza Artesana y se puede probar, ya sea en botellas o tirador, en el Abirradero, el local asociado al instituto donde además de la cerveza beguetana se pueden saborear otros brebajes artesanales, y en ciertos bares y restaurantes de Begues.
Fuente: La Vanguardia.