Tom Watson ha terminado el viernes su última vuelta en el Abierto Británico.
El ganador de cinco jarras de clarete, se ha despedido del torneo a los 65 años atravesando con emoción el puente Swilcan de St Andrews el viernes cerca de las 10 de la noche.
Tras un día largo y difícil interrumpido por la lluvia, el público se agolpó en los puntos estratégicos del último hoyo para aplaudirle.
40 después de ganar su primer Abierto Británico en 1975, ha declarado con lágrimas en los ojos que solo siente alegría:
«El Open solo me ha dado alegrías y solo he sentido alegría al recorrer el último hoyo.
«Hoy no es un día triste, me he ganado la vida jugando al golf y creo que lo he hecho bastante bien».
El viernes por la mañana el juego ser retrasó más de tres horas en St Andrews por las fuertes lluvias que inundaron el campo.
Watson no pudo salir hasta las 16:48 y llegó al tee del 18 cuando anochecía. Los jugadores tenían la opción de terminar la vuelta el sábado a las 7 de la mañana, pero sus dos compañeros, Ernie Els y Brandt Snedeker decidieron terminar la vuelta a pesar de encontrarse peleando por pasar el corte.
«Nos pusimos de acuerdo en el te. Yo les dije: “vosotros decidís porque estáis dentro del torneo, yo hago lo que digáis porque ya estoy fuera” y decidieron terminar a oscuras».
«No sabía cómo me sentiría al cruzar el puente y me sentí bien. No hubo ni una lágrima, pero sé que mi hijo estuvo a punto de llorar cuando dije: “no quiero ver ni una lágrima”.
Hubo aplausos para Watson al entrar y salir del centro de prensa, pero el reconocimiento fue mutuo.
«He disfrutado mucho en mi vida con el golf y con el Open, y quiero daros las gracias por todo lo que habéis hecho. Espero haberos facilitado el trabajo durante todos estos años».
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