Más allá de dulces tan curiosos como este, podemos encontrar otro tipo de sabores en la Semana Santa. Las torrijas siempre son una buena opción para endulzar las cocinas en tiempo de vigilia.
El pan bañado en leche con canela y naranja y cubierto en yema de huevo da a este postre una textura tierna que es internacionalmente conocida, siendo un dulce destacado en España y Latinoamérica.
Otros dulces comunes son la Mona de Pascua o los pestiños. Las Monas son unos curiosos bollos que guardan en su centro un huevo cocido y gozan de abundante popularidad en la Comunidad Valenciana o la Región de Murcia.
Los pestiños, originales de Andalucía, son una masa frita en forma de pañuelo que contiene harina, vino blanco, aceite y matalahúva. Se cubren de miel o se espolvorean con azúcar, al igual que las ya mencionadas floretas.
Cruzando todo un mar, y para finalizar este artículo, viajamos hasta Latinoamérica para encontrarnos con los Jocotes en miel, un dulce típico de El Salvador que consiste en cocinar la fruta en agua con clavo y canela hasta que queden enmielados.
La Semana Santa es muy variada dependiendo del lugar del mundo en el que te encuentres, pero algo que tienen todos esos puntos del mapa en común, es que todos tienen una pizca de azúcar con la que espolvorear el tiempo de oración.