EL HANDICAP Y LA CERVEZA (Romance)

El Hándicap y la Cerveza Por Basilio Rogado

«No te doy un punto más»,

siempre esa misma canción

la oigo en el tee del uno

en cada competición.

Y es que Paco, ya te digo

es un enorme jugón…

y de Pepe, no te cuento,

porque sabe el muy bribón

-no esperen en estos versos

encontrar una rima en ón

que pueda ser un insulto

para un buen competidor-,

que en el green de cada hoyo

sin piedad, ni remisión

emboca todas las bolas

sea cual sea su situación.

II

Yo estoy de acuerdo con ellos,

aunque pierda mogollón,

porque si son mejores,

y me ganan sin presión.

no tengo ningún problema

ya que soy buen perdedor.

Pero lo que me molesta,

al final de la sesión,

es que sea mi menda siempre

quien paga la consumición.

Una cerveza tras otra

-gambas si hay ocasión-,

ya estoy hasta los bebes

de que siempre el colofón

sea sacar mi chequera

para pagar el fiestón

que mis “amigos” se pegan

si yo firmo en el talón.

III

Y cuando yo les repito,

no sin cierta desazón,

que el hándicap en el golf

tiene una aplicación

y sirve para que el bueno

le dé puntos al peor,

ellos se ríen en mi cara

y, no sin cierta razón,

me envían a practicar,

a dar bolas con fruición,

para que el próximo día

pueda sentir la emoción

de tomar una cerveza

sin que me cueste un pastón.

IV

Y no le falta sentido

a tal elucubración

porque el que vence en el golf

lo debe a su aplicación,

a su trabajo y esfuerzo,

golpeando a discreción

cientos o miles de bolas,

con o sin entrenador.

Sin embargo, y esa es otra

nos queda una reflexión.

porque el hándicap existe

y tendrá una explicación.

V

Se refiere a la equidad,

Porque es la pretensión

de que seamos iguales

en una competición.

Y eso, además de imposible

es una vana ilusión;

da ventaja a los peores

y provoca irritación

en aquellos que dan puntos

solo por obligación.

Siempre hay un emboscado

que se siente campeón

porque le dan beneficios

los que tendrían la ocasión

de ganarle la partida

si no fuera un abusón.

Por eso, el hándicap solo

debe ser el salvador

del golfista que juega

un partido de ocasión,

en el club, con los amigos

y pierde con profusión,

un día sí y otro también.

VI

Menuda humillación

cada vez que llega a casa

y puede ver la expresión,

en la cara de su esposa

plena de consternación:

“¿Otra vez has perdido, no?”

En medio de su turbación

no sabe que responder

y se va a su habitación

pensando que algún día

tendrá su compensación,

aunque si no va a dar bolas,

nunca será un vencedor.

ESTRAMBOTE

El hándicap no es que sea bueno o malo,

los responsables sabrán.

Lo curioso del caso

es que, en Atlanta,

donde se juega el

Tour Championship,

lo hacen con “hándicap inverso”:

los malos dan puntos a los buenos.

Ver para creer,

los pájaros les disparan a las escopetas