La pasta: un saludable manjar extendido por todo el mundo

La pasta se ha convertido en un manjar universal.

‘Tagliatelle’, ‘fettuccine’, ‘lasagne’, ‘tortellini’… son muchos nombres que tienen algo en común: son diversas variedades de la pasta. Se trata de un alimento cuyo consumo está sumamente arraigado en todo el mundo; si bien a la cabeza está Italia, el país de la pasta por excelencia, este producto se consume en grandes cantidades en países tan distintos como Túnez, Chile, Grecia, Argentina, Reino Unido.

Con motivo del Día Mundial de la Pasta, que se celebra el 25 de octubre desde que en el 1995 se formalizara en el I Congreso Mundial de la Pasta, ahondamos en todo el universo que rodea a este alimento y en la importancia de incluirlo en nuestra dieta habitual.

Sus origenes

Lo primero que resulta interesante tratar es su origen. ¿Dónde surgió exactamente este producto tan, a simple vista, sencillo, pero delicioso? La leyenda popular cuenta que fue Marco Polo, en una de sus exploraciones a Oriente en el siglo XIII, quien a su vuelta introdujo la pasta en Italia.

Sin embargo, la realidad es que varias culturas anteriores ya podrían haberla consumido en sus respectivas épocas históricas, por lo que se deduce de diversos dibujos aparecidos en cuevas. Es el caso de los musulmanes que habitaron la península, por ejemplo, o los etruscos.

En términos nutricionales, la pasta es también un alimento más que adecuado para seguir una dieta saludable. Este alimento, elaborado a partir de una masa de harina de trigo mezclada con agua y sal (esta es la forma habitual, aunque existen otras variantes, como aquella hecha a partir de calabacín), es rico en carbohidratos, por lo que aporta un alto valor energético. Además, tiene un importante contenido de fibra, lo cual ayuda a regular el tránsito intestinal, y apenas contiene grasas.

Buen aporte de carbohidratos

Todo esto lo convierte en una opción ideal para seguir las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud: un 55-60% del aporte calórico total debe proceder de los hidratos de carbono, no más de un 30% debe proceder de las grasas, y un 15% debe proceder de las proteínas. En esta proporción, la pasta es un alimento óptimo para completar ese 60% del aporte calórico que debe proceder de carbohidratos.

Como ya hemos mencionado, este alimento está fuertemente arraigado en la dieta de la gran mayoría de países del mundo, y lo único que varía es la manera de prepararlo y consumirlo.

Combina a la perfección con una gran cantidad de alimentos: las verduras le aportan un importante componente saludable a una elaboración de pasta; el uso de salsas y cremas la hacen más sabrosa y jugosa, la aportación de carnes o pescados le aportan otros matices, en ensaladas también es una opción deliciosa y saludable…


Italia
 es, sin lugar a dudas, el país en el que más variedades de elaboraciones de pasta vamos a encontrar (fettuccini a la puttanesca, Farfalle al Pesto alla Genovese, Fusilli Alla Norma, y un sinfín de ejemplos más), pero también países como Estados Unidos tienen sus propias elaboraciones típicas, como el Mac and Cheese (básicamente, macarrones con queso), y variedades como los espaguetis a la boloñesa (con carne, verduras y tomate) o a la carbonara (ni se te ocurra añadirle nata si no quieres cabrear a un italiano), son mundialmente conocidas.

Para dar un panorama general del consumo de pasta a nivel mundial, Statista Global Consumer Survey ha elaborado un estudio que analiza el consumo de pasta de forma regular en distintos países del mundo. A la cabeza está, como señalábamos anteriormente, Italia, en la que el 81% de los encuestados afirman consumir pasta regularmente. Le siguen Francia, con un 78%Reino Unido, con un 69%, y Alemania, con un 62%.

Fuente: Excelencias Gourmet