La reciente publicación de varios libros de recetas del repertorio de comidas cubanas ha llenado espacios vacíos en la literatura gastronómica nacional.
Tapas cubanas, de los chefs Rachel González Toscano y Ricardo Cruz Godoy, invita a preparar y saborear, con sutiles combinaciones de ingredientes autóctonos, esas delicias acompañantes de bebidas y estimulantes del apetito, que en Cuba también se conocen como “saladitos” o “picaderas”, y que ya trascendieron el espacio de bares y restaurantes para adueñarse de los hogares.
Pueden ser dulces o saladas –continuó la chef Rachel—, que las recomienda para agasajar a un invitado, por lo apetitosas que resultan “si los ingredientes se combinan y se presentan atractivamente (…) con solo verlas te das cuenta que son irrechazables y en el verano son fabulosas porque se dejan consumir a temperatura fresca (…)
Tienen una gama de sabores y una posibilidad de combinaciones tal que permite ofrecerle al comensal una obra de arte comestible. Las porciones tienen un tamaño que satisface el apetito sin agobiar la digestión y un detalle interesante es que todos caemos en la tentación de probarlas”.
Quizás no pueda creer que vegetales tropicales como yuca, zanahoria, boniato, aguacate, papa o remolacha, la flor del marpacífico o la hierba buena, así como otros inimaginables componentes, puedan emplearse en la elaboración de helados artesanales, factibles de hacerse en la propia casa.
Fuente: Revista Excelencias Gourmet