Perder el control en el campo de golf es mucho más fácil de lo que la gente piensa. Muchos elementos fuera de nuestro control pueden hacer que el golpe perfecto se estropee.
Por ello, Golf Hoyo a Hoyo les presenta 10 claves para evitar perder el control en el campo.
1/ Permítase un poco de enfado pero no más de cinco segundos
Como no somos unos santos, hay que aceptar el hecho de que la ira va a estallar en algún momento en el campo de golf.
Es una emoción natural y necesita una salida. Mantener la ira para interiormente agravarse , puede resultar acarrear grandes estallidos en el futuro. Así que, por supuesto, si ejecuta un mal golpe, fustifíqese y jure hasta en arameo.
Pero mantenga su enfado durante cinco segundos. Después de eso, déjelo ir y olvídese para siempre
2/ El autocontrol es necesario
¿Contener la ira? Parece algo contradictorio con lo que que acabamos de decir. Pero no es así. El autocontrol nos va a servir para sacar el enfado y no enrabietarnos. No romper un palo, o lanzarlo por ahí con el consiguiente peligro para nuestros compañeros.
La regla de los cinco segundos y el autocontrol son complementarios. Dejarse llevar por la ira sólo sirve para entrar en un círculo vicioso, que no ayuda a su juego para nada. Los profesionales saben bien como cotrolar el enojo cuando yerran.
Algunos como Jordan Spieth gustan de decirse a si mismos: «Oh, Jordan» y después pueden incluso usar una expresión altisonante. Después se vuelven a concentrar en el juego.
3/ Dirija su ira hacia afuera, no hacia adentro
Es normal tratar a su yo atlético como dos entidades distintas: una persona que planea el golpe, el ego ocasionalmente controlador y narcisista, y el otro yo, intuitivo y silencioso que lo ejecuta. Luego sucede que la primera entidad reprende a la segunda tras un error.
Esto no ayuda, porque nos pone en guerra con nosotros mismos. Es peor hacer esto en el golf que en cualquier otro deporte. Pero si parte de la premisa de que cada parte de usted está haciendo todo lo posible, no se gritaría más a sí mismo de lo que le gritaría a un niño que comete un error (si les grita a los niños por cometer errores, deténgase).
Dirija su enojo hacia afuera, al resultado en lugar de a la persona, y sea breve.
4/ No dirijir el enfado contra los compañeros de juego.
Este es simple: no hay excusa para arruinar el día de otra persona. Después de una rabieta y la pérdida de control es lo único que le quedará y lo que más lamentará.
5/ No lloriquear ni quejarse
Lloriquear sobre los errores puede llevarlo a un ciclo de retroalimentación negativa.
Cuando empiece a sentir que la mala suerte está aumentando, o su juego está fundamentalmente mal, y sienta la necesidad de empezar a quejarse de ello con su pareja o incluso consigo mismo. Evítelo
Con quejarse y lloriquear no consigue nada. para resolver los dos problemas más importantes: su estado mental y la calidad de su juego.
6/ Vea los problemas como una oportunidad, como lo hacía Ballesteros
Tony Jacklin le dijo una vez a Seve, que el golf era mucho más simple cuando se jugaba desde la calle. La respuesta de Seve fue enigmática, pero maravillosa: «Entonces no lo entiendes, Tony».
Lo que estaba tratando de transmitir era que la recuperación y solución de errores era una faceta clave de su estilo, y sin ese conflicto fundamental, no sería él mismo.
Para Seve los problemas desde el tee eran solo una excusa para ser creativo. Si frente a la crisis ve una oportunidad, canaliza su energía hacia una solución y no hacía un estallido de ira , vacío y sin sentido.
Además se da una oportunidad de hacer una jugada que lo vuelva a poner en el juego.
7/ Analice su estado mental al comienzo de la ronda.
Si ya nos levantamos con mal humor. Lo mejor es intentar cambiar el estado mental por respeto a nuestros compañeros.
Si hay demasiada ansiedad y frustración al comenzar el partido, perder el control es más fácil y puede acabar en un colapso o una rabieta.
Hay que recordar que la ira en el campo de golf casi siempre se trata de algo más allá del golf: esté en sintonía con lo que sea y sea realista al respecto.
8/ Evite los clichés que no le ayudan
Hay dos cosas que a la gente le encanta decir cuando se enoja en un campo de golf. La primera es algo así como, «Oye, ninguno de nosotros somos profesionales aquí», y la otra es «simplemente disfruta estar al aire libre en un hermoso día».
Estas afirmaciones son técnicamente correctas: somos golfistas recreativos y es un privilegio estar afuera disfrutando nuestro juego. Pero realmente estos consejos no ayudan. Es más, suelen aumentar el nivel de enfado.
Parte de practicar un deporte, sin importar lo bueno que seas, es mejorar y preocuparte por los resultados y, para muchos de nosotros, ser competitivos es importante. Incluso dentro del contexto de nuestras propias habilidades limitadas.
Maneje las expectativas, pero no las reprima, o no hará nada más que agregar problemas a la ira tóxica
9/ Mañana será otro día
Esto puede parecer contradictorio con el punto anterior, pero no lo es. Hay que ser más fuerte que el nojo y la rabia. Tenemos que reaccionar y dejarlo pasar.
Nada de la ira que siente en el campo de golf, no importa cuán extremo sea, durará; esa es la parte buena de no depender del juego para ganarse la vida. El conocimiento de que desaparece, y rápidamente, puede ayudar en el momento. En unos 15 segundos, se alegrará de no haber roto su driver por una mala salida.
10/ Si pierde los papeles, perdónese
Suponiendo que no lesione a otra persona física o emocionalmente, o que se haga lo mismo a usted mismo, entienda el manejo de la rabia como un viaje.
Si tiene un paso en falso en el camino, que nos hace perder el control y nos caemos, nos levantamos. Hay cosas peores en la vida que un poco de vergüenza, y la mayoría de la gente lo entenderá.
Un pensamiento típico español es» El caballo de buena raza, cuando cae, se levanta»